Desde que adquirió su primer dibujo en 1969, a los 17 años, Beth Rudin DeWoody ha acumulado una de las mayores colecciones de arte contemporáneo del mundo. Su pasión por el arte es profundamente personal e inclusiva, impulsada no por las modas ni el mercado, sino por una auténtica conexión con lo audaz y lo auténtico.

Guiada por la intuición, DeWoody abraza lo subversivo y busca un arte que desafíe las convenciones, a la vez que resalta las voces subrepresentadas. Al celebrar lo poco convencional, redefine continuamente lo que significa ser una verdadera mecenas del arte contemporáneo. Dada su audaz y aventurera visión del coleccionismo, es natural que lo erótico ocupe un lugar destacado en su colección.

Arte duro: Selecciones rebeldes de la colección de Beth Rudin DeWoody Reúne obras en diversos medios, desde la década de 1930 hasta la actualidad, que confrontan, provocan y subvierten, a menudo a través de la lente del cuerpo o el deseo, pero nunca limitándose a ellos. La sexualidad sirve como conducto para temas más amplios, como el activismo contra la guerra, la redefinición de la odalisca histórica y la exploración del poder, la intimidad y la condición humana-posthumana.

La exposición es una colaboración entre la Colección Beth Rudin DeWoody y el Museo del Sexo, dos instituciones unidas por su dedicación a apoyar la voz del artista y promover la expresión sin censura, por explícita que sea. La exposición incluye artistas y contenido que históricamente ha sido censurado. Si bien algunos artistas han entrado en el canon, gran parte del contenido sigue siendo inaceptable para el público general. En este espacio, todo se celebra como una contribución vital a la conversación cultural.